Los terremotos que han sacudido Turquía (y Siria) la semana pasada y se han llevado por delante una buena parte de la región van camino de ser el peor desastre que se ha registrado nunca en el país. Mencionar el número de muertes me parece no solo inútil porque crece cada día, sino también porque es una forma muy fría de cuantificar el horror que es que la tierra tiemble bajo tu cama mientras estás durmiendo, te tire las paredes encima y, si tienes suerte, puedas arrojarte a la calle después de coger cualquier abrigo y te encuentres sin casa, sin comida, sin agua ni electricidad, sin trabajo ni centro escolar, sin nada, herido, con tu familia bajo los escombros… Y, todavía peor, con el frío glacial que ha estado haciendo estos días. No me lo imagino y no sé si me apetece imaginármelo.
Por eso quienes vivimos lejos de la zona de los terremotos andamos cabizbajos, en parte tristes, pero en parte también con esa vergüenza del superviviente de seguir como antes mientras que millones de personas se han quedado sin nada, o sin vida, en segundos. Alguien decía que le daba reparo saludar alegremente al vecino y esa es la primera parte de la vergüenza: ¿cómo sonreír con alegría cuando ahí al lado hay un montón de gente sufriendo? La segunda parte es la de no estar acometiendo alguna acción heroica que te permita poder mirarte al espejo sin avergonzarte. Sin embargo, no todo el mundo está preparado para ser héroe y hay muchas otras formas de ayudar.
Como se pueden suponer, uno de los problemas, sobre todo al principio, ha sido el caos y la falta de organización que suelen darse en estos casos. La mayoría de la gente es buena y solidaria y ha habido una respuesta masiva de voluntarios, incluyendo muchos equipos internacionales que han venido a echar una mano. Y estos equipos necesitaban traductores e intérpretes (a partir de ahora voy a usar solo el término «traductores» y que me disculpe quien se sienta ofendido) para poder entenderse no tanto con las organizaciones gubernamentales o no, que posiblemente tengan quienes se defiendan en esa lingua franca que llamamos inglés por llamarla de alguna manera, sino con la población local, lo que es más peliagudo.
Pues bien, para eso y por eso les voy a hablar de ARÇ (Afette Rehber Çevirmenlik / Traducción-Guía/Orientación en Desastres). Después del terremoto de 1999 en la región del Mármara, un grupo de traductores voluntarios decidió unirse para poder ofrecer una ayuda organizada a los equipos internacionales que acudieran en caso de desastre. Como gran parte de ellos y casi todos los organizadores eran del departamento de traducción de nuestra universidad conocía a bastantes de ellos. Rápidamente hicieron varias cosas: cobijarse bajo el paraguas de la Asociación de Traductores (Çeviri Derneği) que se fundó creo que ese mismo año para poder tener la consideración legal de ONG, digamos, autorizada; firmar acuerdos con las autoridades correspondientes para que los reconocieran como interlocutores válidos; y buscarse una preparación específica para poder actuar en caso de desastre con organizaciones especializadas en estos temas.
Este último punto me parece importantísimo porque no puedes ir a traducir en una situación como esta y quedarte como un pasmarote. Vas a tener que acudir a lugares de difícil acceso y trabajar en unas circunstancias complicadas. No basta con el entusiasmo juvenil si tienes que meterte por entre los escombros poco firmes de un edificio de veinte plantas para llegar al agujero en el que unos bomberos mexicanos intentan comunicarse con una víctima atrapada por un muro que se le ha caído encima, con sed, frío, miedo y dolor. Si no hay otra cosa, toda ayuda es bienvenida, claro, pero si hay gente preparada, mejor.
Decía que al principio hubo bastante caos. Podía verse bastante en el caso de la búsqueda de traductores. La gente estaba (y sigue) pegada a la televisión y al Twitter, que tiene su parte buena como se ha podido ver en estos terremotos, pero que muchos tienden a usar sin pensárselo. En cuanto empezaron a llegar equipos internacionales, empezó también la búsqueda de traductores. Lo malo era que las peticiones de ayuda se repetían sin mirar si la necesidad había sido cubierta y bloqueaban teléfonos y otros medios muy necesarios en esos primeros momentos. Todo el mundo quería ayudar, y muchos figurar, y sin ver si la urgente necesidad de un traductor de español no era algo de hacía ya varias horas, ocupaban una línea telefónica que debería estar libre.
La respuesta de ARÇ estuvo muy bien pensada. Cuando la cosa se saturó, hicieron un comunicado diciendo que de momento estaban cubiertas las necesidades más urgentes de traductores y que, si alguien quería colaborar, que rellenara el formulario que proporcionaban. Un rápido vistazo al formulario permite ver que daban prioridad a gente que tuviera preparación específica en caso de desastres, pero tampoco cerraban la puerta a colaboraciones más modestas, digamos, pero también necesarias. Todo el mundo puede aportar su granito de arena, pero hay quienes tienen la capacidad de ser más efectivos.
Para que vean lo que hicieron hasta ese momento, les copio el comunicado que hicieron el día 10:
Briefing on ARÇ’s Activities related to the Earthquake Disaster
Updated: 10 February 2023, 10:32
Translated by: Jonathan Maurice Ross
ARÇ (the Emergency and Disaster Volunteer Interpreters Organisation), working under the auspices of the Translation and Interpreting Association – Turkey, is currently providing interpreting support in the wake of the two enormous earthquakes with their epicentre in Kahramanmaraş province (South-Eastern Türkiye) that have hit the country, directly affecting 10 of the country’s 81 provinces. We would like to express our gratitude to all those who have applied to interpret for ARÇ, and we thank them for their thoughtfulness and sensitivity.
Following the earthquake, the ARÇ Coordination Team immediately started to monitor the latest developments via the systems provided by AFAD (The Disaster and Emergency Management Presidency of Türkiye) and international cooperation networks. We undertook the preparations needed to assist the foreign teams arriving in Turkey. The ARÇ Coordination Team is now working both on the ground and from our control centre.
From the morning of the earthquakes on, we started to organise ARÇ volunteers with different language combinations who had expressed a willingness to work in the field. We also updated our form and began to process new applications. Within a short space of time, thousands of people had completed the form. Because of the large volume of applications, from the second day onwards it became challenging to manage the form and evaluate the applications. Although all applications are considered, we can only assign those applicants who meet certain criteria. In the first few days, we concentrated on dispatching interpreters from Istanbul and Ankara to the affected zone, but when problems emerged with transportation we started to prioritise those interpreters who were already in the zone. At the moment, we are giving preference to interpreters who are in that region or who can easily get to the location to which they are assigned. When suitable, we are sending interpreters from Istanbul and Ankara.
So far, by assigning interpreters, we have provided support to the majority of the more than 100 foreign teams who have arrived in Turkey, and we continue to coordinate these interpreters. We are also accepting new applications so that we can give our interpreters the chance to take regular breaks or we can replace interpreters where necessary. In addition, since relief teams will be coming, on the heels of the search and rescue teams, there will still be a need for interpreters in the weeks ahead.
At this critical time for Turkey, we would once again like to thank all those who have applied to serve as volunteer interpreters.
Translation and Interpreting Association – Turkey
ARÇ Organisation
Eso es todo por el momento. Ayudar es siempre necesario, pero para que la ayuda sea eficaz es necesario organizarse. Y organizaciones como ARÇ son una buena respuesta por parte de nuestra profesión en este tipo de situaciones tan horribles. Son realmente admirables y dignos de imitación. Aquí tienen su dirección web, aunque está en turco:
ARÇ
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Me parece muy bien. Tenemos colegas en la zona ahora mismo y coinciden en que es lo más práctico.
Ánimo Rafa, u fuerte abrazo para sobrellevar estos duros momentos. Hasta quienes estamos lejos, pero tenemos parte de nuestro corazón allí, estamos sobrecogidos por el desastre.
Salud, Antonio y abrazos para toda la panda. Desde luego, menuda racha. Lo que he escrito es porque estamos viendo que la ayuda tiene que estar organizada para ser efectiva, y la de mis colegas es una iniciativa muy acertada. Un abrazo para ti también.
Desde que me fui de Twitter no me había acordado de volver a pasar por aquí. De momento, un abrazo y gracias por contar también esto.
Otro día me pasaré a leer algo más de lo que has escrito en este tiempo.
María
Y tal y como está el Twitter, como para volver. Siempre será bienvenida por aquí. Salud