Teoría general del proceso translaticio

profesor Franz de Copenhague

profesor Zihni Sinir

Prof. Dr. Franz de Copenhague y Prof. Dr. Zihni Sinir.

Abstracto: Que significa alguna cualidad con exclusión del sujeto. Lo contrario del hormigón en América.

Palabras clave: teoría, especulación, hipótesis, chorrada.

Introducción:

La traducción es un fenómeno poco entendido aunque muy estudiado. En realidad, el mismo nombre es confuso puesto que podría confundirse con «tradición» o «trasluzón», por lo que sería más correcto hablar de «hecho translaticio», que resulta mucho más raro y difícil de decir. A su vez, dentro del hecho translaticio (HT) cabe distinguir entre el proceso y el producto, por la sencilla razón de que no es lo mismo. En el HT tenemos, en primer lugar un texto en una de esas lenguas habladas por los extranjeros (TLHE) que, de ser breve, habría que denominar «textículo» y, de ser largo, «textón». Al final del HT nos encontramos, sin embargo, con otro texto escrito en cristiano (TEC) totalmente distinto del anterior y que puede incluso estar escrito con otras letras, en ocasiones de colores. Todo lo que ocurre entre el TLHE y el TEC es lo que denominamos «proceso translaticio» (PT)  con la intención de conseguir la necesaria confusión para que nadie nos entienda.

Según nuestras investigaciones, el PT se desarrolla en diferentes partes del cerebro del sujeto translacional a las que llamaremos A, B y C (en caso de haber tres). Para que esto ocurra, deben darse las sinapsis necesarias entre las neuronas del cerebro (verle bueno) y el cerebelo (cere-bello). Dichas sinapsis pueden verse obstaculizadas por fenómenos como el sopor (o sueño) y el hastío (o aburrimiento) y estimuladas por compuestos químicos como la cafeína o la teína, aunque ambas pueden interrumpir el PT obligando al sujeto translacional a ir al retrete. El PT es habitualmente mal retribuido por un pago en moneda denominado «estipendio de subsistencia» (ES), pero esto último queda fuera del ámbito del presente estudio.

Material y métodos:

El estudio se planteó siguiendo un principio epistemológico holístico-heurístico, aunque el estado del arte de la ciencia no nos permita entender por completo lo que quiere decir eso.

Para llevar a cabo nuestra investigación contamos con una serie de materiales como un bolígrafo BIC azul, un lápiz Faber del nº 2B, una goma Milán, un cuaderno de hojas cuadriculadas con espiral y un chicle Bazooka Joe (optativo). El método de la investigación fue una encuesta a una población representativa formada por la portera Juana (que desconoce cualquier tipo de lenguas extranjeras y hablante de un extraño dialecto de un lugar llamado «Valladoliz») y su hijo Juanillo (que sabe alemán porque fue camarero en Aguadulce) a quienes se les dirigieron unas preguntas que contestaron o no. Los resultados pueden ser extrapolables a toda la población mundial.

Es necesario añadir que ninguno de los autores del presente estudio ha realizado nunca cualquier tipo de actividad translatoria, lo que asegura la objetividad de los resultados.

En este estadio de la investigación estamos preparando una bibliografía exhaustiva una vez que se decida qué citas incluir con calzador para completarla y que el artículo parezca científico.

Resultados:

Fruto de la encuesta se obtuvieron diferentes resultados que pueden ser considerados diversos. Así, la portera opinó que la traducción es imposible puesto que a los extranjeros «no se les entiende nada», aunque fue capaz de reconocer la variante del idioma hablado por los polacos del 2º izquierda como el dialecto llamado «guachi-guachi». Igualmente, identificó las causas físicas del problema: «los extranjeros están sordos».

El 50% de la población entrevistada (Juanillo) opinó, en cambio, que no sólo la traducción es perfectamente posible «como demuestran los menús del restaurante en que trabajaba», sino que además el PT puede estar al alcance de cualquiera puesto que el mismo sujeto servía de intermediario translaticio (IT) entre sus amigos y sujetos del sexogénero femenino de LHE (lenguas habladas por extranjeros, vid. supra) a las que, solicitada su colaboración translaticia por sus compañeros, dirigía textos orales en lengua extranjera fruto del PT como «Yu ar very biutiful», «Ai lov yu» o «Voulez-vous coucher avec moi ce soir». Desgraciadamente, los resultados de dichas intervenciones fueron estadísticamente inexistentes. Según propias declaraciones del sujeto entrevistado «No nos comíamos una rosca», lo cual hace dudar de la efectividad de su PT.

Un tercer sujeto, en concreto una cotorra verde que (no) respondía al nombre de «Fifí», prefirió reservarse su opinión y consumir pipas de girasol sin sal, aunque los otros dos sujetos aseguraron que tenía un alto nivel de competencia traductora (CT), en concreto un nivel B2 según el Marco Europeo de las lenguas.

Discusión:

«¿Usted es tonto o qué?» «¿Yo? ¿Y su santa abuela?» ¿Que no era así? Los resultados obtenidos nos permiten deducir, tras amplias investigaciones, que el proceso translaticio (PT) es, ante todo y como su nombre indica, un «proceso» no legal consistente en que un texto (TLHE) se aprehende y se traslada (de ahí el nombre) a la lengua materna de España (TEC) con mayor o menor fortuna y mayor o menor esfuerzo dependiendo del sujeto translaticio (ST). Obviamente, no se trata de un traslado físico, cuyo nombre técnico es «mudanza», sino de un traslado mental basado en copiar un libro, a mano o a máquina, pero en otro idioma, tarea que a veces se demuestra peliaguda. A todo esto habría que añadir una serie de variables según el siguiente esquema:

TLHE> PT (sopor>cafeína>cafeína>furor translaticio [FT]>tedio [aburrimiento]>cafeína o cigarrito [desaconsejable]>FT) > TEC > Estipendio > Gastos aplazados. Las dos últimas variables quedan fuera del PT estrictamente hablando.

De todo lo cual cabe deducir la siguiente norma general con valor de ley paradigmática y, en nuestro caso, sintagmática: «la traducción es decir en lo que decimos nosotros lo que otros han dicho en lo suyo». Este «suyo» pueden ser incluso lenguas tan singulares pero extendidas como el guachi-guachi y sus dialectos. Sería necesario desarrollar este descubrimiento revolucionario en estudios posteriores, quizás ampliando la población entrevistada.

Bibliografía:

En preparación

Wikipedia infantil

Acerca de Rafael Carpintero

Traductor y profesor en la Universidad de Estambul
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8 respuestas a Teoría general del proceso translaticio

  1. Mateo Cardona Vallejo dijo:

    ¿De modo que el formato «artículo académico para revista en proceso de indexación» es plaga universal? Y yo maldiciendo en silencio al docente colombiano promedio (DCP) por no escribir sus malditas siglas con versales, por no consultar el Manual de APA y por insistir en reciclar fiemo para hacerlo pasar por «nuevo conocimiento». ¡Buena esa, Señor Carpintero! Me ha hecho Usted reír un buen rato de mí mismo y eso es saludable, muchísimas gracias (MMG).

    • GAU (Gracias a usted). Me deja de piedra con lo de que las siglas deben ir en versales. ¿No valen las mayúsculas normales?. Con todo esto tengo la siguiente teoría, prácticamente comprobada: Un vicerrector (en nuestro caso fue vicerrectora) va a EE.UU. y nota que las universidades de allí (Harvard, Yale y demás) parecen ser bastante importantes y serias, así que decide que todos escribamos siguiendo el formato que ellos usan para ser igual de importantes y serios. El presupuesto de las universidades y el contenido de las publicaciones es lo de menos. Supongo que algo parecido ocurre en Colombia. En fin, se me ocurren cosas peores a las que podrían dedicarse. Saludos.

    • Por supuesto, yo también les exijo a mis estudiantes que presenten los trabajos en formato APA y algunos de ellos me entregan un bonito corta y pega de internet y encima con la bibliografía mal hecha. (Es una forma de decir que también me reía de mí mismo.)

  2. Mateo Cardona Vallejo dijo:

    Los del copia y pega al menos tiene piedad con el corrector, que puede demostrar el plagio sólo con entrar a Google, y queda eximido de seguir leyendo. En cambio esos obstinados con sus comas, sus comas y jamás un punto seguido… ¡Ah, demencia senil: es más sano seguir riendo!
    Un fuerte abrazo (UFA).

    • Lo malo es que yo ahora ando con la mosca detrás de la oreja y cada vez que leo algo extraño, ¡hala, al Google!

      • Mateo Cardona Vallejo dijo:

        Ah, me pasa igual y he tenido unos encuentros que ni para qué… Definitivamente el de la máquina de coser y el paraguas sobre la mesa de disección ya no es fortuito sino frase de cajón, pero los estudiantes (y los docentes, que es lo peor) ni se han enterado de la existencia de Google.

  3. Estimados Mateo y Rafael: yo también me reí mucho y me sentí bastante identificada como ST incorporada al PT. Es más, sin ser estudiante aún, no termino de descubrir la diferencia entre los formatos APA, Harvard y demás yerbas que pretenden imponernos desde el imperialismo más recalcitrante. No obstante, coincido con el texto en que debe profundizarse tan maravilloso descubrimiento. Puedo proponerme como parte del universo a entrevistar ya que hablo varios idiomas, español de Argentina, español de México, lunfardo, uruguayo y, si me pongo muy culta, puedo hasta hablar un poco de colombiano y de castellano (del de la mera España)…

    • Yo tampoco sé la diferencia entre el APA y el Harvard porque nosotros usamos el APA-Harvard modificado. ¿Qué quiere decir lo de no ser estudiante «aún»? En cuanto a su propuesta para la investigación, es un privilegio contar con voluntarios tan políglotas. Yo mismo puedo hablar cordobés de España (de Argentina no, por desgracia). Un saludo.

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