¡Fansub a babor!

Harme el favol de mirarme a ver si tienen los sustítulos de la Jana Montana, hombre

Dicen que ahora el mejor cine hay que buscarlo en las series de televisión. No podría estar más de acuerdo. Somos fervientes teleseriespectadores y, en mi humilde opinión, no sólo pueden encontrarse todos los géneros cinematográficos, sino auténticas obras cumbre de, por ejemplo, el neorrealismo (Gossip Girl), el cine social con su atención a los inadaptados (Dexter o Vampire Chronicles), la comedia (24), el Bildungsroman o mejor dicho, Bildungsserie (SpongeBob SquarePants), el cine científico (The Big Bang) o el metafísico (The Secret Circle). Se habrán dado cuenta de que pongo los títulos en inglés, pero no es porque me crea muy listillo, no señor, es que vemos la CNBC-e. Esta cadena de televisión ha marcado toda una época en Turquía, hasta el punto de que hay quien habla de la «generación CNBC-e». El truco consiste en que se pasan el día dando la tabarra con noticias económicas, pero por la tarde y por la noche, a partir de las siete o así (de seis a siete ponen dibujitos) empiezan a poner series y pelis bastante buenas y todo en versión original subtitulada. La verdad es que en los cines también ponen (en Cataluña «hacen») las pelis con subtítulos, pero no es lo mismo lo de la tele, tú, que la ves en el sofá (tú, el mismo de antes, no la tele, la tele en su mueblecito).

Supuestamente, gracias a esos sutitres, la «generación CNBC-e» o, al menos, los que han visto y ven esa cadena, hablan inglés que te cagas, oyes, aunque no lo tengo yo tan claro viendo lo que escriben a veces y que no saben pronunciar la «w» a la inglesa sino a la alemana, o sea, como en váter y no como en guay. Bueno, pelillos a la mar, lo que quería decir es que aquí es bastante normal encontrarse subtítulos no necesariamente para sordos, mientras que en España es casi como si mentaras al padre. Tenía yo una novia a la que no le gustaban las pelis en blanco y negro, imagínate si le digo «¡Hala, vamos a vernos una película en ruso con subtítulos para leer y así tenemos el libro y la peli por el mismo precio!». Seguro que me planta en ese mismo momento (visto lo visto, me habría dado igual). A mí, sin embargo, me gustaban los subtítulos hasta que empecé a ver menos que un gato de yeso porque ahora es más lío con tanto baja mirada, enfoca, lee, sube mirada, enfoca, ve, hasta que me acuerdo de ponerme las gafas. Me gustan porque me hace una ilusión tontorrona oír la voz de los actores originales (tontorrona porque la verdad es que tanto tendría que darme oír la de los magníficos actores de doblaje que tenemos en España, pero la voz cazallera de Angie Harmon en Rizzoli & Isles es como para oírla de erótica). También me gustan los subtítulos porque odio poner la tele alta y como te toque algo tipo gritos y susurros estás venga dale que te pego al mando: «John, ha llamado la policía y ha dicho bis, bis, bis y que bis, bis, bis». Y uno: ¿Qué ha dicho, qué ha dicho? Y tu cónyuge: ¡Cállate, que no me entero! Y de repente, la música: TACHÁN, TACHÁN. Y encima los anuncios a diez mil decibelios. Total, que me gustan los subtítulos.

Por eso quería hablarles un poco de algo que fue un descubrimiento para mí desde que me dedico a la piratería a escala moderada (confesarlo me ha supuesto quitarme un peso de encima): el fansubbing. Esto consiste en que unos esforzados fans (como dice todo el mundo), fanes (como supongo que recomendará la academia) o fanses (como dice mi amigo Pablo), se dedican a traducir series y pelis, a preparar subtítulos y a integrarlos si es menester. Muchos de los subtítulos vienen de los países hermanos de ultramar (Atlántico) porque te encuentras cosas como, bueno no es que te encuentres esto, pero bien podrías, que un duro comisario de policía le comenta a su no menos duro colega: «Se los dije a mis papás, por estas cuadras hay mucho pillo» (En español de España: «Advertí a mis progenitores del peligro de la delincuencia por estos lares»; desde aquí les doy las gracias a Ventura y Nieto). ¿»Papás»? Por Dios, hombre, que ya tienes una edad, di «padres». Esto la verdad es que no representa ningún problema para la gente de mi generación, que nos criamos oyendo doblajes en lo que ahora llaman español hispano. Salía el abogado y decía: «Solisito un reseso». Ni mis compañeros de cole ni yo sabíamos lo que era un receso, pero lo habríamos pronunciado en un español mucho más impecable: «Zolizito un rezezo». Mucho mejor, dónde vamos a parar.

En cuanto a la calidad de los subtítulos, pues hay de todo, como en botica y como se pueden imaginar. De vez en cuando te encuentras con cosas extrañas: «Estas máquinas son de estado del arte»; «Yo sólo quiero que tengas las cosas más finas», etc., pero la verdad es que no imposibilitan la comprensión. En la mayor parte de los casos no son mucho peores que los subtítulos que vemos habitualmente por la tele. ¿Y eso?, se preguntarán ustedes. Muy simple: la mayor ventaja que pueden tener los subtítulos, digamos, «oficiales» es que pasen una revisión, y se ve que no la pasan. Así que nuestros amigos friquis de Naruto o Dios sabe qué pueden enterarse sin problemas, y con ciertas dosis de fe en el prójimo, de lo que se dice en sus dibujos preferidos gracias al denodado esfuerzo de otros friquis que, de paso, se ejercitan en el noble arte de la traducción audiovisual.

De todas formas, lo más friqui que he visto en mi vida ha sido lo de Dance with Dragons. Esta novela es parte de Canción de hielo y fuego, que mi hermana Sole andaba leyéndose hace un par de años en español y en inglés, no los mismos libros ni una parte en español y otra en inglés, sino en español los traducidos y en inglés los que no lo estaban (al español). Como buen hortera, yo me puse a leerlos después de que pusieran la serie en la tele. Me dediqué a ello con ¿pasión?, no sé, un poco a lo bruto convencido de que era una tetralogía. Pero cuando iba a mitad del cuarto tomo, me dije: «Carpinterito, es imposible que este embrollo se acabe en las doscientas páginas que quedan». Mire en internés y… ¡no son cuatro libros sino lo menos seis o siete o más si el tío le sigue sacando perrillas al asunto! ¡A la porra con el libro y el invierno que se acerca (pero no llega nunca)! ¡Anda ya, para eso me pongo a estudiar semiótica! Total, que lo dejé, pero parece ser que los libros tienen una no despreciable cantidad de fieles que sí los siguen con pasión. Tanta pasión que… Ya verán, ya verán…

Resulta que se había publicado el quinto tomo en inglés pero que había (o hay) que esperar para eso que en los foros llaman la traducción «oficial» (con sello del ministerio de Hacienda de la casa Stark, supongo). Claro, los fanses andaban con las uñas que les llegaban al hueso. ¿Qué pasará, qué pasará? Así que un grupo de altruistas decidió, ni cortos ni perezosos, ponerse a traducir colectivamente la obra. Para coordinarlo, hasta se montaron un blog. Aparte de porque se pelean como ratas, la lectura del blog es bastante interesante para ver un proceso que a los de Anuvela haría que se les helara la sangre en las venas porque el resultado tiene más altibajos que la antigua carretera Córdoba-Málaga, que había un sitio donde todos vomitábamos como desagües. Por supuesto, habiendo dejado el cuarto tomo a la mitad, no me iba a poner a leer el quinto, pero le he echado un vistazo para criticar con fundamento. Y no está tan mal.

Por irregular que sea la traducción, es necesario puntualizar un par de cosas. Lo primero es que se trata de una obra por auténtico amor al arte, lo cual ya tiene mérito. Lo segundo, que te obliga a preguntarte por qué las editoriales andarán ahorrando en correctores con lo necesarios que son (quien esté libre de meteduras de pata, que tire la primera pierna), aunque claramente a algunos les importa un pimiento la calidad del producto que ponen en la calle. Tercero (creo), la mayoría de los fanses son la mar de conscientes de que esto es un analgésico mientras sale la traducción «oficial», lo cual indica que le tienen muchísimo respeto a Cristina Macía, la traductora, y, con mucha lógica, ninguno a la editorial. Miren, miren lo que dice un comentario de otro blog:

 El problema es que una saga tan puntera como esta, fuera a caer en manos de una editorial como Gigamesh, porque entre las excusas que pone Alejo Cuervo a la tardanza de la traduccion del libro son que hay que revisar terminos para no cagarla en las traducciones, y yo no me lo creo, vamos no me creo que cada vez que por ejemplo vean en el texto original Winterfell tengan que mirar que hay que poner Invernalia…si trabajaran varios traductores a la vez, lo entenderia, pero con uno solo??. Las otras grandes sagas que esperamos como por ejemplo la traduccion de la continuacion de El nombre del Viento en menos de un año aqui en castellano, o sea que me parece a mi que lo que no quiere es pagar a un traductor/a en condiciones y que le haga el trabajo en un tiempo aceptable, proque desde luego dos años no es aceptable y viendo lo que tardaron en traducir festin de cuervos me temo que es lo que nos queda.

Que me parece a mí que tiene más razón que un santo. Si no, ¿por qué el Criptonomicón que es un solo volumen en inglés, son tres en castellano y se fueron publicando poquito a poco? Pues porque así (doy los precios de Amazon de los EE.UU. porque ahí los tienen todos) el lector, en lugar de pagar 8,99 dólares de allí, paga treinta euros de aquí para la edición de bolsillo y casi sesenta para la de tapa no dura (precios éstos de la Casa del libro). En cuanto a lo de las tardanzas, si nos atenemos a mi experiencia como traductor, tú entregas el manuscrito de la traducción y luego el libro tarda en salir más que el tipo ése del tranvía que se agarra a la barra delante de la puerta. Además no me creo que ningún traductor tarde años en traducir las ochocientas páginas de Juego de tronos. O sea, que a nosotros no nos apedreen, oiga.

En fin, que me parece a mí que esta gente que se dedica a la fantraducción le hace un gran bien a una parte de la humanidad y además no intentan competir con los traductores oficiales. ¿Y por qué lo hacen? Pues lean esto a ver qué les parece. Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente.

¡Yupis! Gracias a estos fansubs sabremos por fin lo que dice Pikachu

Acerca de Rafael Carpintero

Traductor y profesor en la Universidad de Estambul
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27 respuestas a ¡Fansub a babor!

  1. Alicia dijo:

    La vez que más me he reído con lo de los fansubs es con una de turcos, por cierto. Las aventuras de la subitulación al castellano de la guerra esa de los marcianos que invaden la tierra en turco es alucinante. Te mando un enlace
    http://www.divxclasico.com/foro/viewtopic.php?f=1033&t=26805&start=80
    Estoy buscando uno de otro foro en el que ninguno de los pobriños subtituladores sabe turco y van combinando el doblaje inglés con los subtítulos en alemán y gritan de alegría porque han encontrado un turco que les va a echar una mano.
    Es otro mundo, como para que te salgan tres artículos. Si encuentro el otro enlace te lo mando.

  2. Reyhan dijo:

    En su día un grupo de fans, que creo que se hacían llamar la Orden de Traductores del Fénix o algo parecido, decidió traducir el o los libros de Harry Potter al castellano. En un tiempo récord (o casi récord), es decir, apenas una semana, el último libro de la saga estaba completamente traducido al castellano. Sin embargo, el resultado tal y como lo recuerdo fue un guirigay en el que cada capítulo había sido traducido por alguien distinto y aparentemente de una nacionalidad distinta, por lo que uno se zambullía en el apasionante mundo de los dialectos del español. En fin, que es casi mejor aislarse del mundo para que nadie te reviente el libro hasta que aparezca la traducción oficial, que es lo que acaba haciendo todo el mundo tras satisfacer su curiosidad hojeando la traducción amateur. Rara vez suele haber queja alguna de la traducción oficial, aunque se puede dar el caso, como queda ilustrado en el «ensañamiento» de los fans con la traducción de El Señor de los Anillos en este foro.

    No creo que las traducciones amateur de libros como Harry Potter afecten al volumen de ventas y además los traductores aficionados llevan a cabo esta labor sin ánimo de lucro. Es por eso que las editoriales nunca – al menos que yo sepa – los han demandado, ni han intentado poner coto a esta práctica. El tema de las series/películas es bastante distinto, ya que cada vez se están poniendo más trabas al intercambio de archivos de forma gratuita por internet, como hemos visto recientemente con el caso de MegaUpload. Claro, para series que ya ponen por la tele nunca he entendido muy bien cuál era la necesidad de descargarlas, pero para los amantes de, por ejemplo, el cine oriental sí que puede ser una «tragedia», ya que se si no se comparte el fichero con la serie, tampoco habrá los subtítulos, y los VCDs/DVDs originales con subtítulos o doblados son difíciles de conseguir en España y/o Latinoamérica. Normalmente, su nicho suele ser, como bien apunta Gabe Newell en el artículo que ha enlazado, los productos para los que no hay una alternativa oficial, o la calidad de la misma no es lo suficientemente alta.

    En general, los traductores de subtítulos/libros/videojuegos lo hacen por amor al arte y como una forma de ayudar a otros fans a que puedan leer sus libros y seguir sus series/películas favoritas sin tener que esperar a que lleguen a su país (si es que llegan, que es el gran problema de, por ejemplo, los doramas coreanos o algunas series de animación japonesas y otras exóticas producciones) y quizá haya sido de las primeras actividades en las que se comparte de forma desinteresada el conocimiento. Asimismo, los fans respetan el producto, por lo que además de comprar el libro/película/videojuego suelen adquirir otros productos relacionados, como camisetas, muñecos, póster…

    No conozco a mucha gente de la carrera de Traducción e Interpretación pero sé que algunos de ellos hicieron sus primeros pinitos haciendo «fansubs», por lo que creo que incluso puede ser positivo para la profesión.

    • ¡Uf! Qué difícil. Lo ha conseguido usted, estoy totalmente de acuerdo en este comentario tan largo e ilustrativo. Lo de El señor de los anillos tiene mucha más miga porque tengo entendido que Tolkien dejó una serie de instrucciones para los traductores, así que no sé hasta que punto se les puede llamar fallos de traducción. Por cierto, había por ahí una traducción, creo que argentina de El hobito (sic). De hecho, sí lee los comentarios atentamente, se dará cuenta de que critican las traducciones de los nombres (exceptuando el dicho), que estarían en elfico u otras lenguas raras. Cabe la posibilidad de que sea un caso de papismo superior al del Papa porque al mismo Tolkien le criticaron una falta de concordancia en no sé qué frase en élfico.

    • Sí, hay unos cuantos traductores licenciados que empezaron en los fansubs. Les diré que se pasen a saludar 🙂
      Además, como dato curioso, este verano, en el congreso Media4All que se celebró en Londres, una empersa de subtitulación y doblaje italiana nos contó (a modo de presentación, claro) que tras varios años dándose cuenta de la cantidad de gente que hacía fansub en Italia, decidieron hacer un concurso que se ofrecía a los fansuberos y el ganador creo que se llevaba un contrato en su empresa. Nos contaron que entre los que se presentaron había algunos traductores, algunos filólogos y, el resto, eran ingenieros, estudiantes, vamos, carreras que nada tenían que ver con la «profesión». El ganador fue un filólogo que no trabajaba ni mucho menos como traductor.
      Así que, sí, yo creo que también ayuda a la profesión, aunque también podría perjudicarla si algún listo relaciona el fansub con el «cualquier fan puede traducirlo gratis».

      • Sí que es un peligro. Sin embargo también pueden llegar a ayudar. Leí en algún sitio que una empresa japonesa de anime puso un pleito a unos fansubbers y lo único que consiguió fue que su serie no se distribuyera en EE.UU. por la sencilla razón de que nadie la conocía fuera de Japón. De todas formas, tampoco los fansubbers de ahora son unos colgados. Una de las cosas que más me emocionan de los fansub es que tienen sus propios títulos de crédito. Te ponen «Traducción de @Barby Castaña y Jesusito Picapiedra», por ejemplo, y luego otro con «montaje de». Hay un tal Kruschev al que le tenemos mucho afecto.

        • Alicia dijo:

          De colgados nada, hay equipos con disciplina espartana, manuales, normas de estilo, jefes de proyecto que son unos verdaderos déspotas… Y luego está el tema de las variantes del español, que puede ser motivo de guerra cruel.
          Estas son las reglas de Argenteam: http://foro.argenteam.net/viewtopic.php?t=16710, que incluyen, efectivamente, un apartado para los créditos.
          Yo a veces pienso, independientemente de todo lo demás, en cuánta gente que no se hubiera creído capaz de escribir dos líneas sin hacer una docena de faltas y que anda dándose de cabezazos con el diccionario y aprendiendo a puntuar en lugar de pasarse el día en la Play (con todos los respetos por la Play). Pues mira, ya me vale. Tienes razón, a veces son muy tiernos.

          • Para que vea, cualquier oportunidad es buena para aprender ortografía y demás. Pero también la Play (u otras) han motivado a muchos y muy buenos localizadores. Quien no se consuela (yo, en este caso) es porque no quiere.

      • Cuore dijo:

        Ole los filólogos. Esto despeja esa leyenda urbana que dicen que no pueden ser traductores. Con mi mayor respeto a estos, los filólogos empezaron a traducir antes de que la traducción tuviera titulación propia. Y no lo hacen nada mal. La formación filológica es más sólida que la traductológica.

        • Bueno, en eso no me meto porque me reñirían con razón. Sí puedo decirle que yo estoy muy contento con mi formación de filólogo, pero que eso no asegura nada. Digamos que para la traducción de literatura la formación lectora es más sólida que ninguna. Aunque seas ingeniero de caminos, canales y puertos (como lo era Juan Benet).
          Salud y a perseverar

  3. Magnífica entrada, como siempre, y me alegra de que haya más gente que confíe en el fansub y no piense que los fansuberos sacan beneficio de esto o que las editoriales se forran gracias a ellos. Y mira que yo descubrí que existía algo así no hace mucho, pero, como tú, entiendo por qué se hace y que, solo por el hecho de que los fansuberos lo hacen gratis y por amor al arte (ojo, gratis pero NO para que una agencia de traducción o editorial se forre), ya merece mi respeto. Pero claro, luego tenemos el caso de Facebook, compañía que acaban de decir esta mañana que saldrá a bolsa con un valor de 5000 millones de euros (vamos, el suelto para comprar el pan) y que está utilizando a sus fans para que trabajen de gratis para que el dueño se beneficie aún más. Pues eso, no me parece bien, qué quieres que te diga.

    • Muchísimas gracias por los elogios. Además de lo dicho, como bien ha comentado la amiga Reyhan, el fansub es una dura escuela donde se curten muchos traductores. En cuanto a lo otro, siempre he tenido mis dudas sobre los orígenes de las grandes fortunas.

  4. PauD dijo:

    Me he hecho fanses (asín, en plural, que me gusta más) de usted. Ale, ya lo he dicho. Siga así.

  5. ¡Hola!

    Se presenta un caso de traductora profesional y fansubber, en este caso de series japonesas (para más señas, soy parte del staff de Anime Underground :P).

    Yo empecé en el fansubbing allá por el año 2007 porque los dos primeros años de la carrera hacíamos de todo, menos traducir. Con 20 asignaturas de lingüística y teoría lingüística, mi motivación se estaba yendo bastante al garete, así que decidí buscarme la vida para empezar a traducir. Me anuncié en McAnime (http://www.mcanime.net/) como traductora y correctora y hubo un fansub que me escribió. Me hicieron una prueba de traducción y otra de traducción y entré. Y colegas, qué queréis que os diga, pero bajo mi punto de vista, fue la mejor decisión que pude tomar. Además de traducir, servidora aprendió a empezar a respetar unos plazos y a trabajar en equipo. Y hubo una temporada que hasta me encargué de gestionar el fansub (era como la mano derecha del chico que lo llevaba) porque él se fue a Canadá unos meses.

    No me voy a enrollar explicando cómo funciona un fansub por dentro ni dando detalles, pero si os interesa, publiqué un artículo en diciembre de 2010 sobre el tema, ya que además tengo las dos caras de la moneda: http://www.um.es/tonosdigital/znum20/secciones/monotonos-los_fansubs.htm

    Por lo que comentabais arriba: efectivamente, el fansubbing no pretende quitar trabajo a los profesionales (¡faltaría más!), solo intenta hacer llegar al público del país donde se va a publicar el proyecto algo que aún no está disponible en ese idioma y que saben que a la gente le interesa verlo. No estoy muy metida en el caso de las traducciones amateur de libros, pero sí de las series de anime, que es mi terreno, y Japón ha dado mucha guerra con el tema porque piensan que esta actividad perjudica a la industria (más sobre esto: http://www.imperioanime.com/noticias/japon-contra-fansub/). A ver, señores japoneses: nosotros solo traducimos series que NO están licenciadas en nuestro país. Si se licencia durante el proyecto, este se paraliza y la serie se elimina del torrent para que la gente no se la pueda descargar. No tenemos la culpa de que, de las 100 000 series que sacáis cada año, aquí lleguen 5 y encima, de las malas.

    Total: que yo soy traductora profesional y partidaria del fansubbing. Es compatible, y encima la menda se lo pasa pipa con esta actividad :D.

    • Muchas gracias por el comentario, es muy ilustrativo. Y el artículo, interesantísimo. De la frase «[el fansubbing] intenta hacer llegar al público del país donde se va a publicar el proyecto algo que aún no está disponible en ese idioma y que saben que a la gente le interesa verlo» habría que insistir en el «aún». Estoy convencido de que este tipo de actividades, a pesar de lo que piensan algunos capitostes de la industria, ayuda mucho a la difusión del producto. Gracias de nuevo.

      • Exacto. Yo también creo que ayuda. Lo que no entiendo es cómo las distribuidoras no tienen a un chivato dentro de estos grupos para ver qué series/anime/manga/pelis/libros/videojuegos le interesan a la gente y ponerse manos a la obra para comprar los derechos y distribuirlos. Porque es evidente que, si hay tanta gente dispuesta a hacer esto gratis, por algo será.
        Mi consejo a las distribuidoras: si no puedes vencer al adversario, alíate con él.

  6. El enlace que has puesto al final del post tiene más razón que un santo: si el público deja de percibir la diferencia de calidad entre los productos hechos por «aficionados» y los productos hechos por «profesionales» (y quiero enfatizar las comillas en ambos casos), liada la tenemos. De esa pérdida de legitimidad tienen menos culpa los piratas quienes pretenden forrarse (¡más aún!) recortando en personal y tarifas. Pagamos más ahora por un libro fresado, con tinta mala y sin corregir que hace diez o quince años por un libro en condiciones (y no hablo sólo de traducciones).

    Aparte de eso: ¡hace falta moral para ponerse a traducir de balde!

  7. El enlace que has puesto al final del post tiene más razón que un santo: si el público deja de percibir la diferencia de calidad entre los productos hechos por “aficionados” y los productos hechos por “profesionales” (y quiero enfatizar las comillas en ambos casos), liada la tenemos. De esa pérdida de legitimidad tienen menos culpa los piratas que quienes pretenden forrarse (¡más aún!) recortando en personal y tarifas. Pagamos más ahora por un libro fresado, con tinta mala y sin corregir que hace diez o quince años por un libro en condiciones (y no hablo sólo de traducciones).

    Aparte de eso: ¡hace falta moral para ponerse a traducir de balde!

  8. Pere Julia dijo:

    A colación, y para el que le interese, los fansubs búlgaros en todo lo suyo con las series de tv turcas 😉
    http://www.hurriyetdailynews.com/sultan-tops-the-internet-in-bulgaria-.aspx?pageID=238&nID=14024&NewsCatID=381

  9. Cuore dijo:

    Hola. Yo practico el fansubbing (llevo casi un año), como práctica y aprendizaje (tengo formación filológica). Pero mi duda es la siguiente: teniendo en cuenta que es una actividad ilegal (eso dicen algunos), ¿sería beneficioso incluir en mi currículum que hago esta actividad? ¿Podría beneficiarme o perjudicarme? Rogaría me sea respondida mi cuestión. Gracias.

    • Pues me parece muy bien. Yo tengo unos subtítulos esperando que les meta mano (qué mal suena eso). Supongo que es de ese tipo de actividades que es conveniente poner o quitar del currículum según a quién lo dirija. O sea, a la SGAE: no. A una empresa indie de subtitulación de animes: Sí. O eso haría yo.
      Suerte, valor y al toro (simbólico)

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