La vida nueva es un libro jodido. Y no sólo porque cuando salió en Alfaguara le pusieron en la foto de la cubierta unas palmeras y un desierto más norteafricano que turco. Como son todos musulmanes, pues ¡hala! El camello y los dátiles. Hay que decir que la foto es bonita, eso sí.
En fin, decía que es un libro jodido y a pesar de eso en Turquía fue un best seller de tomo y lomo (nunca mejor dicho), supongo que gracias al tirón de El libro negro. Siempre le he contado a todo el que quisiera oírme que si hubiera leído La vida nueva con dieciocho años, o veinte, se habría convertido en mi novela preferida. No me leí en su momento Crimen y castigo y me pasa lo que me pasa, que creo que Raskolnikov es imbécil. ¿Para qué se carga a la vieja? Algo así ocurre con La vida nueva. La primera frase es de las que marcan: «Un día leí un libro y toda mi vida cambió». («¡Toma ya, lo mismo que me pasa a mí!», piensa nuestro dieciochoañero lector). Luego el protagonista se enamora de una chica hermosísima y misteriosa que no le hace mucho caso («¡Toma ya, lo mismo que me pasa a mí!», piensa nuestro dieciochoañero lector) y le da por buscarle un sentido a la vida y al libro viajando por el país en autobús a ver si se pega un guantazo («¡Toma ya, lo mismo me gustaría hacer a mí! -piensa nuestro dieciochoañero lector-. Menos lo del guantazo, claro»). El problema está en que los viajes empiezan a alargarse, el asunto a enredarse y el libro a hacerse más largo que un día sin pan.
Sin embargo, no estaría escribiendo esto si no hubiera un «sin embargo», ¿verdad?. Así pues, sin embargo, cuando quien esto suscribe tuvo que releérselo para una especie de conferencia a la que le invitaron, se quedó muy gratamente sorprendido a pesar del alivio con el que había suspirado cuando acabó la traducción. ¿Por qué? Porque si te lo lees de un tirón, es como si te hubieras leído Crimen y castigo en su momento. Todo encaja y todo tiene, no uno, sino muchos sentidos. Ahora he cambiado radicalmente de opinión y creo que La vida nueva puede ser una de las mejores novelas de Pamuk. Y eso aunque digo lo mismo de casi todas. En serio, leerse este libro puede ser una toda una experiencia. He metido en el gogle la primera frase entre comillas y me ha salido una crítica de Fabián Casas que me parece acertadísima. Lo compara con ascender al Himalaya (una manía que mi madre nunca ha entendido). No me resisto a citar una parte que me ha encantado:
Por algún motivo, a la gente no le gusta mucho Pamuk o le cuesta terminar sus libros. Yo hice un experimento. En los últimos tres cumpleaños de seres queridos, regalé La vida nueva para ver qué efecto tenía en ellos. El primero, que fue Pedro Mairal, un escritor que admiro, dejó de contestarme los mails y de atenderme el teléfono. Mi primo Carlos –un pintor cuarentón, ex monto– me dijo: “Me parece que el libro es mi vida, que me habla a mí. Me fascina pero me hace mal leerlo”. El tercero, Diego Bianchi, un artista conceptual ultramoderno, me llamó y me dijo: “El libro me cambió la vida, voy a tener un hijo”. Yo agarré todos los libros de Pamuk que se publicaron en el país y los puse en un estante.
Me parece un poco exagerada la idea de considerar La vida nueva un incentivo para la natalidad, pero en general ninguna de las tres reacciones se aleja de las habituales. Hay quien lo considera un coñazo y quien ve en el libro una obra maestra de ésas que te acompañan hasta el fin de tus días. Por eso decía que es un libro jodido y no que era una pesadez.
Lo mala suerte que ha tenido la novela es que mucha gente se ha empeñado en saber qué libro era ése que cambia la vida del protagonista. Pues el que usted quiera, hombre, qué manía con saberlo todo. Como en España somos un poco de piñón fijo, más de un crítico se empeñó en que tenía que ser el Corán (como son musulmanes, pues arena, camellos…) a pesar de que el pobre Pamuk, que hizo un viajecito de promoción por nuestras tierras, insistía en que las experiencias similares de las que había sido testigo habían ocurrido con El capital. Por cierto, aunque no tenga nada que ver, me he acordado de lo que contaba un traductor más veterano que yo sobre las violentas discusiones (no «discusiones violentas»), que llegaban incluso a rupturas, en grupos de izquierda más o menos ilegales porque manejaban distintas traducciones de Marx. Volviendo a Pamuk, es que es un tío muy listo, porque a ver quién no firmaría la primera frase, ¿eh?
Y, como decía antes, lo bueno del libro es que al releerlo se da uno cuenta de esa
multiplicidad de lecturas a la que me refería. No voy a exponerlas para no destripar la novela y porque, con la mano en el corazón, me da pereza. Yıldız Ecevit, una profesora de Ankara,
escribió un libro muy interesante usando como material básico La vida nueva. Se titula Leer a Orhan Pamuk y el subtítulo es El lector confuso y la novela moderna. Lo que hace la Sra. Ecevit es someter La vida nueva a diversos sistemas de crítica/interpretación/lectura (estructural, semiológico, estilístico, temático, sociológico, etc.) y consigue que le quede muy bien. Yo suelo recomendárselo a mis estudiantes de postgrado, pero no se lo lee nadie porque, total, tampoco se han leído La vida nueva, aunque eso es harina de otro costal.
En suma, que La vida nueva puede ser uno de esos libros para leérselo tumbado en la playa siempre y cuando no te bañes mucho y no haya niños rondando, porque como pierdas el ritmo y el hilo vas aviado. Tampoco me lo leería yo en un sillón con una cómoda luz indirecta ni en la cama, no vaya a ser que me ponga a pensar en otras cosas o caiga en brazos de Morfeo. Pero puedo asegurarles que encontrarán algunos detalles magníficos (como la historia de los caramelos o lo de Marlene Dietrich) típicos del mejor Pamuk. Y si luego se lo releen, mejor todavía.
Supongo que será fácil de encontrar porque lo han sacado en las correspondientes ediciones de bolsillo. Aquí tienen las portadas. Una, la de los cinco euros, muy baratito, insiste en el tema desértico, la otra tiene una imagen estambulina con uno de esos coches americanos que se usaban como dolmuş (taxis colectivos, muy prácticos) y que ahora han sido sustituidos por monovolúmenes. De todas maneras, recuerden que no tiene por qué gustarles Pamuk, ni siquiera porque un grupo de suecos le dieron el Oscar o como se llame. Para gustos, los colores:
¡Caray que madrugadores somos! Tengo una queja, No especificas que lo que no entiendo es la mania de escalar el Himalaya o similares. Jugarse le propio pellejo y el de los ddel rescate para hacer lo que decia Gila una vez arriba. Besos a los dos.
Hola profesor, como siempre es un gusto leerlo. Me recomendó su blog el sr. Pere Julià y, como se dice vulgarmente, «es un gran fichaje». Por cierto que ud. y yo nos hemos visto en la vida real una vez, pero dudo muchísimo que se acuerde de mí ;).
Este libro me lo han recomendado mucho y llevo una temporada pensando en intentar leerlo en turco, aunque un autor como Orhan Pamuk creo que está muy por encima de mi nivel y acabaría odiándolo sólo por la cantidad de veces que tendría que buscar en el diccionario o pararme en una frase pensando «qué rayos pone aquí» y descifrando la estructura.
Incluso en castellano, tengo con Pamuk una relación muy complicada, mientras que a pesar de me parece que plantea muchas reflexiones interesantes, «Me llamo Rojo» me pareció ‘un rollo’ – por no utilizar otras palabras más vulgares -; sin embargo, «Nieve» me encantó y es un libro que regalo mucho, sobre todo a la gente que me dice que está interesada en Turquía. No sé muy bien explicar por qué, pero me identifico mucho con su forma de retratar a la sociedad de Kars y creo que habla de cómo se entiende la política en este país (el como todo acaba siendo político) de una manera sublime -hablando en pijo -, realista y surrealista a la vez.
Muchas gracias por sus traducciones y por compartir sus pensamientos aquí con nosotros. Me gustaría mucho leer en un futuro qué tiene ud. que decir de «Nieve».
¿Nos conocimos en la Autónoma? La Reyhan que más conozco es una ginecóloga, pero no sabe español. Lo de leer en turco es cuestión de ponerse, como con todos los idiomas. Al principio no entiendes nada, pero luego va haciéndose más fácil. No sé si servirá de algo, pero a mis estudiantes les recomiendo que en la primera lectura miren el diccionario lo menos posible. Es lo de los árboles y el bosque, aunque el bosque lo veas muy borroso.
Todo el mundo tiene una relación complicada con Pamuk, como todo el mundo tiene una relación complicada con, digamos, Sta. Teresa de Jesús o Stephen King. Nadie está obligado a que le guste un autor, ni todo ni en parte. Si te dedicas a la crítica literaria es como si fueras crítica de cocina, tienes que tragarte platos que no te gustan, pero si comes por gusto… ¿Para qué vas a pagar por unas ancas de rana si te dan asco?
Acabo de darme cuenta de que me he puesto demasiado paternalista-pedagógico, pero, aparte de la deformación profesional, es un asunto que me mosquea porque muchas veces acabamos pagándolo los traductores. También es verdad aquello que contaban en una película de Truffaut del actor al que le pitaban porque estaba destrozando Hamlet, se volvió al respetable y dijo: «Yo no he escrito esta mierda».
Lo que quiero decir es que para gustos, los colores. A mí me pasó al revés, me gustó mucho Me llamo Rojo y Nieve no tanto. Aunque estoy de acuerdo en que en este pueblo todo acaba siendo político. Como en el nuestro. Lo de que Pamuk sea realista y surrealista a la vez lo veo muy realista porque aquí la realidad es bastante surrealista. Supongo que estaremos de acuerdo en eso.
Sí, nos conocimos en la autónoma hace 3 ó 4 años si mal no recuerdo, aunque brevemente. De hecho, tendría aún su tarjeta si no me hubieran robado la cartera en el Cercanías en febrero del año pasado.
De momento estoy leyendo en turco cosas bastante menos literarias pues mi nivel no es demasiado alto, los últimos que he leído – de hecho, uno lo terminé ayer – es un librito de cocina llamado «Kürt mutfaginda ne pisiyor?» que me ha gustado mucho, y un par de traducciones de Samed Behrangi al turco («Bu gelen Koroglu’dur» y «Ulduz kiz ve kargalar»).
Es verdad que con los autores suele haber relaciones muy complicadas y suscribo lo que ud. ha dicho. Sin embargo, me gusta mucho dar segundas oportunidades. Y gracias precisamente a eso descubrí también a un Pamuk que me encantó :). Creo que también el gusto por un libro o no tiene también mucho que ver con el ánimo y el momento en el que uno lee.
En todo caso, con mi comentario no pretendía criticar ni al autor ni al traductor – no he querido decir que «Me llamo Rojo» me pareciera un libro malo, porque no me lo pareció -, sólo comentar un poco mi experiencia con dos libros de Pamuk que me causaron dos sentimientos radicalmente opuestos.
Me apunto el libro de Ecevit, y después de exámenes intentaré leer tanto «La vida nueva» como aquel.
Hola, estoy leyendo «La vida nueva» y me está resultando bastante complicado de seguir. No había leído nada de Orhan Pamuk y tardaré bastante en retomarlo De momento me siento satisfecha si logro terminar el libro que tengo entre manos.
Los sentimientos que me provoca este libro son contradictorios. Por momentos me resulta enrevesado y sin una estructura clara, parece que el argumento desaparezca y la narración se resume en una sucesión de divagaciones y razonamientos del autor. Sim embargo, hay momentos mágicos a lo largo del libro que atrapan. Narraciones claras y elocuentes que logran que el resto tenga sentido.
Me alegra haber encontrado tu blog que me anima a continuar leyendo a Orhan Pamuk.
¡Uf, La vida nueva es de nota (sobresaliente)! Desde luego no es la novela de Pamuk por la que yo habría empezado. A mí me sorprendió mucho (y muy gratamente) cuando la releí, porque pude sacarle mucho más de lo que creía. La clave, como en gran parte El libro negro, está en ver la novela como un viaje místico, pero postmoderno, o sea… No quiero destripar más.
Ánimo y un saludo.
Hola profesor. Mi nombre es Alberto González, solamente tengo una pregunta por el momento: ¿Algún día saldrá la traducción a nuestro idioma de Cedvet Bey? Lo anterior porque tengo la fortuna de decir que Un día me recomendaron Nieve y me leí todas las novelas, ensayos y libros de Pamuk salvo el mencionado no disponible en castellano.
Por cierto, si algún día visita México, ojalá pudiera yo robarle un autógrafo.
Amigo Alberto:
Pues estoy como usted. Aunque parezca mentira, entregué la traducción a principios de septiembre de 2011 (acabo de comprobarlo) y todavía estoy esperando. Menos mal que me la pagaron.
Ojalá pudiera visitar México algún día, con autógrafo o sin él.
Un saludo
Le agradezco su inmediata atención además de las buenas noticias, porque para ser sincero, ni siquiera sabía que ya ha sido traducido el libro. Ya será cuestión de paciencia. Menos mal que no tuve que gestionar su pago 🙂 Y pues bienvenido a nuestro país cuando usted guste. Gracias!
Un saludo.
De nada, a mandar.
Profesor, con la novedad de que al menos para México salió fecha de publicación para Cedvet Bey: 03/10/2013!!! Ya me froto las manos. A completar la colección.
Un saludo.
Gracias a usted me entero. La foto de la portada es bien bonita. Espero que le guste y, si no, pues pa la colección. Gracias de nuevo. Salud.
Si la portada me agradó mucho. Seguramente será una lectura satisfactoria más. Felicitaciones y agradecimientos por su trabajo que nos hace llegar a nosotros estas posibilidades. Quedo a sus órdenes. Salud.
Igualmente (porque me ha gustado mucho lo de «quedo a sus órdenes», aunque no sé si no será mejor nuestro ibérico «a mandar», tengo que pensarlo). Un saludo sano y saludable.
Me pasó de manera similar cuando previamente utilizó «a mandar», aunque en mi caso tuve que orientarme que debía entender por dicha frase ya que de éste lado del Atlántico no se utiliza ni se escucha. Por otra parte, la expresión que usé, se ocupa de manera sobre todo formal o en circunstancias distinguidas como es el caso, ya que ha sido un placer intercambiar la información mediante tan amables «comentarios». Como sea, un otoñal saludo, a mandar! (Transculturizando).
No sé si transculturizamos, pluri o multiculturizamos o qué, pero pasamos el rato. Un saludo casi invernal por aquí.
Es la segunda vez que leo La vida nueva de O. Pamuk. La primera fue hace años, hacia el 2007, siendo el primer libro que leía del autor. Y… Efectivamente me causo una extraña contradicción, me gustó pero no quise leer nada más de Pamuk en años. Curioso.
Pasados un tiempo fui de viaje a Turquía, y a la vuelta decidí volver a leer a Pamuk. Escogí el libro de Estambul, ciudad y recuerdos, y me sumergió en un nuevo viaje. A continuación continué camino por El libro negro y nuevamente aquí, en La vida nueva. Nueva visión, nueva lectura, nuevo viaje. Simplicidad formal aparente, profundidad a la escala del lector y buen hacer. Un placer con largo recorrido para mi. Esperó seguir leyendo o releyendo a Pamuk, cual aconsejas?
La verdad es que La vida nueva quizá sea la peor novela con la que se puede empezar a leer a Pamuk (con El castillo blanco). Creo que necesita algunas claves previas para que se pueda disfrutar plenamente. Sin embargo, tiene muy buena relectura, sobre todo si se consiguen dichas claves. Este año he probado a leerlo con mis estudiantas de máster (en realidad la novela sólo era un medio para otras cosas) y he obtenido muy buenos resultados.
En cuanto a recomendar, sigo con mi rollo de siempre: La casa del silencio, aunque sea «experimental» en algunas cosillas, y, por supuesto, Me llamo Rojo, aunque tenga algunas partes un poco plúmbeas (siempre se las puede saltar uno).
Saludos
Resulta que yo me leí el libro con 16-17 anyos (teclado anglosajón…) y me marcó profundamente, tanto que se ha convertido en mi libro preferido (algunos tienen la Biblia, otros El Capital, yo Yeni Hayat) y me lo he leído varias veces en ingles y espanyol y tengo ambos ejemplares firmados por el autor… (es lo que ocurre cuando confluyen mi bilbiofilia y turcofilia…) En fin, me dejo de mi pequenya obsesión con este libro.
Quería darle la enhorabuena por sus traducciones de Pamuk, no me imagino lo complicado que deber de ser, llevos varios anyos con el idioma y puedo leer el periódico, etc, pero traducir a este senyor debe de ser una tarea harto complicada.
Una pregunta, tenía pensado empezar a leer a Tanpinar, recomendaría usted empezar por «Paz» o «El instituto para la sincronización de los relojes»? Muchas gracias de antemano.
Para lo de la ñ hay varias soluciones, sobre todo si trabaja con windows. Una es con no sé qué combinación de la tecla ALT y el teclado numérico y la otra es trabajar con las teclas en un idioma y el teclado en otra (eso es lo que hago yo con mi máquina con el teclado en turco). Lo malo es que hay que saberse el teclado en cuestión de memoria, sobre todo para los signos de puntuación, y a veces se mete mucho la pata. Espero haber resuelto la primera cuestión. Vamos a por la segunda.
Le felicito de todo corazón. Cada vez estoy más convencido de que La vida nueva es una de las grandes obras de Pamuk y de las más redondas, aunque se la considere una obra menor. Cierto es que resulta un poco plúmbea a veces, pero para eso lo mejor es hacer justamente lo que hizo usted, leérsela de adolescente/joven, lo que ahora llaman «young adult» (las comillas éstas latinas las hago con alt+174 y alt+175, por ejemplo de lo de antes). Es lo que siempre digo de Crimen y castigo: a mí me resultó un rollo porque me lo leí de mayor, pero está claro que es un libro de los que marcan. No obstante, me permito darle un pequeño consejo: no pretenda suicidarse en un accidente de autobús, ni de otra forma, que igual se muere y eso no tiene remedio.
En cuanto a lo de traducir a Pamuk, todo es cuestión de acostumbrarse al estilo y yo lo fui haciendo poco a poco (menos mal). Como decía mi padre: «cortando cojones se aprende a capar». Dicho de otra forma: «la experiencia es la madre de la ciencia» (Pumby).
En cuanto a su pregunta sobre Tanpınar (acabo de meter la pata al cambiar de teclado para escribir la ı sin punto, otro ejemplo), yo empezaría por los relojes, a no ser que le apasionen las novelas poético-filosóficas, que entonces empezaría por Paz. Pero ojo, que es un poco heavy. Hay que hacer como mi amiga Pepa, leerlo escuchando un poco la música de la que hablan y siguiendo sus paseos con el Google Maps. De todas formas, si sabe algo de turco, le supongo residente por aquí, o, por lo menos, visitante asiduo.
Saludos
Muchas gracias por su respuesta, se agradece.
Buen consejo el del teclado, siempre que escribo en Word y necesito letras turcas (por hobbie periodístico) me dedico al tedioso proceso de insertar símbolo…
No se preocupe, ya pasé mi fase de buscar al angel en accidentes de autobús, me faltaba la Canan correspondiente entonces, así que desistí antes de empezar.
Al final me decanté por «Paz» por un motivo bastante prosaico (estaba rebajado más que el de los relojes en la web en la que habitualmente compro libros como expatriado que soy). Ya veremos qué tal. De momento solamente soy visitante asiduo pero esperemos que algún día finalmente sea residente, aunque sea solamente por algún tiempo.
Saludos
El del precio es un criterio mejor que muchos otros para comprar un libro. Muchas veces los compro por la cubierta y me llevo cada chasco… Que lo disfrute con salud y, ya que no encontró una Canan, a ver si encuentra una Nuran (que parece mucho más entretenida).
Saludos